Los ingredientes necesarios son los siguientes:
- Sal fina.
- Aceite.
- Agua.
- Colorante alimentarios de varios colores (se pueden
encontrar en algunos supermercados o en tiendas de repostería).
- Un bol.
- Una taza.
- Una cuchara normal.
Las medidas las vamos a realizar en base a una misma taza.
Los
pasos a seguir son los siguientes:
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En primer lugar echaremos en un bol dos tazas de
harina y una taza de sal, y removemos todo.
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Después echamos cuatro cucharadas de aceite.
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Por último echamos una taza de agua.
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Con todos los ingredientes en el bol removeremos
todo bien, aunque terminaremos de amasarlo fuera del bol.
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Cuando esté todo más o menos integrada
espolvorearemos la superficie donde vamos a amasar con un poco de harina. Cogeremos
la masa y la pondremos en la superficie y comenzaremos a amasar hasta que nos
quede compacta y homogénea.
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Una vez tengamos la masa lista la dividiremos en
tantas partes como colores queramos hacer.
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A cada porción le echaremos un poquito (con
ayuda de un palillo) de colorante alimentario y volveremos a amasar hasta que
el color quede completamente homogéneo.
¡Ya tenemos lista nuestra
plastilina casera!
¡A disfrutar!
Es importante que después de utilizar la plastilina la
guardemos en un tupper pequeño o en flim trasparente para que no se seque.
Debéis saber que al utilizar colorantes alimentarios e
ingredientes de cocina no hay ningún problema si los más peques se comen algún
trozo de plastilina.